Parada para dar
Parar el viaje de una mirada
por miedo a llegar a la utopía,
por pánico a aterrizar en uno,
y no ser quien esperaba ser.
Como quien detiene sus pasos
por expectativas truncadas,
por pánico a aterrizar en otros,
y no ser quien esperaba ser.
Y frenar en seco las caricias del viento
por no entender el vuelo de una pluma,
por el vértigo de no aterrizar,
y no ser quien esperaba ser.
Para ser sin esperas aquel,
que sin expectativas,
quiebra horizontes dejándose mecer.