Improvisa el ruego
Te invito a una carrera sin participantes,
a que nuestra euforia borre todo
atisbo de penumbra externa,
a arañarnos la espalda desgarrándonos
silenciosamente la vida.
Poco a poco. Abismo a abismo.
Invito al deseo a sufrir por nosotros
y a la luz a que envidie nuestro brillo.
También invito a la reclusión,
para que nos busque en nuestro mundo,
donde cesa esta obra de arte.
Precipicio a precipicio. Limitación a limitación.
Te invito también a crear
contradicciones que nos nieguen.
A transformar todo recuerdo pasado.
A no darnos cuenta de donde estamos sumergidos.
A no darnos cuenta.
Cimiento a cimiento. Fractura a fractura.
Pero jamás buscaría apagar la euforia, la luz,
el tiempo, esencia, sonido, temperatura, instinto…
Y mucho menos el arte.
Por eso invito a la nada
a que atraviese de nuevo mi ser.
Todos somos restos.
Suicidas a disfrutar de la muerte.
Soñadores a resucitar de la vida.